El problema de resolver un problema
 

En los años que llevo dentro del campo de la enseñanza de la matemàtica muchas
veces se ha acercado a mi algún alumno o maestro con la siguiente pregunta: “¿Qué se
necesita saber para poder resolver un problema?”
La pregunta, claro, suena lógica, incluso indispensable, ¿Qué otra cosa tiene más sentido
preguntar cuando vamos a resolver un examen que el temario del mismo? ¿Qué hace
cualquier estudiante el día previo a su evaluación final sino repasar los apuntes de su
clase? ¿Qué mejor forma de obtener una buena calificación que resolver algunos
reactivos similares a los del examen con el fin de practicar? ¿Qué mejor forma de
asegurar un buen lugar en el colegio, que dominar los temas de los problemas?
Sin embargo, a pesar de que la considero la mejor posible, mi respuesta a dicha pregunta
parece nunca dejarlos satisfechos. Mi respuesta a la pregunta en cuestión es: “LO QUE UN
ALUMNO NECESITA SABER PARA RESOLVER UN PROBLE, ES
SABER PROGRAMAR, ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS DE ALGEBRA Y SOBRE
TODO TIENE QUE SABER COMO RESOLVER UN PROBLEMA.”
¿Cómo voy a saber si puedo resolver un problema, si no se de lo que se trata? ¿Y qué
tiene que ver? Nuestros métodos educativos nos han acostumbrado a un cierto
esquema. El maestro imparte una clase y luego da tarea sobre el tema que se expuso.
 
Por ejemplo, se da una clase de ecuaciones cuadráticas y después se pone el siguiente

ejercicio.

“Un granjero tiene un rancho rectangular con un perímetro de 110 metros y un área de
700 metros cuadrados. ¿Cuáles son las dimensiones del rancho?”
El estudiante sabe que para resolver éste problema tiene que usar ecuaciones
cuadráticas, ¿Por qué otra razón lo pondrían como tarea de esa clase? Tarde o temprano
plantea las siguientes dos ecuaciones.


2x + 2y = 110
xy = 700

las que a su vez conducen a la ecuación cuadrática
x ( 55- x ) = 700


 
la cual es resuelta usando algunas fórmulas vistas en clase, el alumno puede fácilmente
despejar x y resolver el problema.
 
 

 

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